Se dice siempre, que la escoba nueva barre bien; pero con el pasar del tiempo, se desgasta y termina su ciclo de vida útil. Marcelo Gallardo en River Plate, primero como jugador y después como entrenador, empezó como la escoba nueva, conquistando títulos, apenas iniciadas ambas trayectorias, como futbolista y como técnico, respectivamente. Sin embargo, su enviones iniciales no se consolidaron en el tiempo y terminaron desgastándose, teniendo un balance general sin pena ni gloria, en sendas carreras profesionales.
Cuando era jugador de fútbol, pocos meses después de debutar en primera división y teniendo apenas dieciocho años, Marcelo Gallardo maravilló a todos, al hacerle un gol de tiro libre penal al consagrado arquero Navarro Montoya, en el recordado Superclásico favorable a River, que superó a Boca 3-0 en la Bombonera.
Sumado a lo expuesto, su primera etapa en River como futbolista fue memorable, porque ganó un sinnúmero de títulos nacionales e internacionales, merced a los grandes planteles de futbolistas que tenía en aquel tiempo River.
No obstante, años después, el Muñeco retornó a River y su segunda etapa en el Club, fue marcada por la indisciplina. Primero por rebelarse contra la autoridad de su propio técnico Reinaldo “Mostaza” Merlo. Y después por arañarle cobardemente al arquero de Boca Roberto “Pato” Abondanzieri, lastimándole y desfigurándole el rostro, en un Superclásico desfavorable a River, que perdió con Boca 1-0 en la Bombonera.
Su tercera y última etapa, como jugador de River, fue efímera y sirvió únicamente para darle fin a su carrera futbolística.
Su tercera y última etapa, como jugador de River, fue efímera y sirvió únicamente para darle fin a su carrera futbolística.
Con respecto a su paso como técnico de River, comenzó con dos grandes logros y sorprendió a todos. Conquistó la Sudamericana en el segundo semestre de 2014, eliminando a Boca. Y obtuvo la Libertadores en el comienzo del semestre de 2015, eliminando otra vez a Boca.
Esos logros deportivos, fueron en gran medida gracias al equipo muy bien armado, que dejaron como legado sus antecesores Ramón Ángel Díaz y Matías Jesús Almeyda.
Una vez que se desmanteló el equipo que heredó, a partir del segundo semestre de 2015, comenzó la debacle del juego, que perdura hasta hoy.
Sintetizando, Gallardo comenzó sus facetas de jugador y técnico, como si fuera una escoba nueva. Con el paso del tiempo, su brillo inicial fue opacándose, hasta terminar con su ciclo de vida útil, transformándose en una escoba desgastada.
Aunque no se animan a decirlo públicamente, allegados al plantel ya vislumbran un inminente fin de ciclo del técnico Marcelo Gallardo. Ellos perciben que el Muñeco está agotado, estresado, derrotado y perdido. Y que el equipo está "sin timón" y sin argumentos tácticos. ¿Ciclo cumplido de Gallardo en River? Para mí sí.
Sintetizando, Gallardo comenzó sus facetas de jugador y técnico, como si fuera una escoba nueva. Con el paso del tiempo, su brillo inicial fue opacándose, hasta terminar con su ciclo de vida útil, transformándose en una escoba desgastada.
Aunque no se animan a decirlo públicamente, allegados al plantel ya vislumbran un inminente fin de ciclo del técnico Marcelo Gallardo. Ellos perciben que el Muñeco está agotado, estresado, derrotado y perdido. Y que el equipo está "sin timón" y sin argumentos tácticos. ¿Ciclo cumplido de Gallardo en River? Para mí sí.
¿Y para usted?