El técnico de River Plate, Marcelo Gallardo, está pecando de arrogante al encapricharse con mantenerlo en la titularidad al mediocre arquero Augusto Batalla. El hincha de River hace más de un año, viene digiriendo con bronca las lamentables actuaciones del guardametas, haciendo bloopers insólitos; muchos de ellos, en partidos importantes.
El arquero millonario viene teniendo actuaciones muy debajo de las esperadas. Muchas veces, sus pésimas intervenciones son disimuladas porque el equipo juega muy bien y hace muchos goles. Pero es una obviedad que el arco de River no está bien guarnecido.
El entrenador de River es astuto, inteligente, innovador, carismático, audaz y trabajador; pero tiene un gran defecto: Su orgullo, que no le permite tener autocrítica y darse cuenta de sus propias equivocaciones.
Se dice que las personas sabias siempre tienen autocrítica, escuchan a las demás y después de eso, sacan conclusiones racionales para tomar siempre las mejores decisiones. Sin dudas, esa característica humana es una cuenta pendiente del seleccionador.
Espero por el bien de River, que Gallardo cambie de opinión y coloque en el próximo partido contra Racing, a Maximiliano Velazco como arquero titular. Eso protegerá a Batalla de seguir siendo “el ojo de la tormenta”. Ya en el próximo mercado de pases, traer a un arquero de jerarquía y con experiencia, como Martín Campaña, Marcos Díaz, Antony Silva, Nahuel Guzmán, Wuilker Faríñez o Franco Armani.
Está a tiempo todavía... Espero que Gallardo recapacite... Y si no recapacita, que el mánager Enzo Francescoli y los dirigentes le abran los ojos.
River está por encima de cualquier nombre.
