En los medios de comunicación masiva leemos, vemos y oímos noticias que generan pánico en la sociedad. "Por eso les recomiendo que desconfíen de todo lo que leen, ven y escuchen, porque el objetivo de dichos medios es desinformar y alarmar a la población para un determinado fin", me contestó hace poco una persona.
"No es casualidad que el atentado a París en Francia ocurrido en noviembre último haya tenido tanta repercusión mundial, donde no pararon de hablar del tema desde el medio de comunicación barrial más común de su región hasta el más importante de Estados Unidos", señaló.
Sin embargo "ocurren hechos tan graves como ese pero que no trascienden en la opinión pública, simplemente porque la prensa escrita, radial y televisiva omite", opinó.
Luego, trazó un paralelo con el atentado a París en dos hechos puntuales que ocurrieron prácticamente en el mismo período en nuestra región: "Fue igual o peor lo ocurrido en aguas del Rio Doce, Minas Gerais; donde hubo un daño ambiental casi sin precedentes en la historia brasileña", se acordó. "Lo mismo con el caso de los gendarmes muertos en Salta como consecuencia de un lamentable accidente que podría ser evitado. Una tragedia que golpeó mucho al pueblo argentino", recordó.
"Sin ir más lejos en el tiempo, tenemos constantes guerras y matanzas que suceden en Medio Oriente y en África, que son iguales o peores; pero el periodismo en general habla sólo del zika, dengue y chikungunya". Y añadió: “Desinforman a la sociedad y manipulan a la opinión pública presentando medias verdades que resultan grandes mentiras”.
Para entender mejor eso, señaló que "tenemos que saber que la monopolización de los medios de comunicación está en manos de los gobernantes de este mundo".
Cuando le pregunté ¿quiénes gobiernan este mundo?, sin titubear me respondió lo siguiente: "Es la élite maldita conocida también como sociedad secreta, es decir masonería también llamada acertadamente o erróneamente como Iluminatis o Nuevo Orden Mundial. Su imperio está en Estados Unidos y tienen una estrecha relación con el Poder Papal de Roma. Por lo tanto ellos deciden qué debe tener trascendencia y qué no", explicó convencido.