La demostración de fútbol de esta noche de River Plate fue “épica, soñada e inolvidable”. En la revancha de los cuartos de final de la Copa Libertadores de América, disputada hoy en un Estadio Monumental repleto de hinchas millonarios; River logró una hazaña histórica al golear por 8-0 a Jorge Wilstermann de Bolivia. De esta manera, el resultado global fue 8-3 favorable a River; que de esta manera, clasificó a semifinales. River necesitaba revertir un 0-3 en contra en la ida, cuyo partido se disputó en Cochabamba.
La noche fue perfecta para el equipo, que jugó muy bien al fútbol y principalmente para Ignacio Nacho Scocco, autor de cinco goles. Por su parte, Enzo Pérez hizo un doblete y el otro Nacho del equipo, Ignacio Fernández, hizo el restante.
Parecía una Copa Libertadores esquiva para River, teniendo en cuenta los casos de doping de Lucas Martínez Quarta y de Camilo Mayada. Y además, las ventas sorpresivas de sus figuras Sebastián Driussi y Lucas Alario. Pero gracias a Dios, River se sobrepuso y superó la adversidad, consiguiendo algo casi imposible e inimaginable.
Sin embargo, todavía faltan dos fases más para conquistar otro ansiado trofeo continental. Y para lograrlo, la Comisión de Fútbol deberá incorporar a un arquero de jerarquía y a un referente del área.
Para el arco, me gustaría que vista el manto sagrado el venezolano Wuilker Fariñez, el uruguayo Martín Campaña, Nahuel Guzmán, el paraguayo Antony Silva o Franco Armani (aunque Armani no podrá disputar esta Copa, porque ya la disputó para Atlético Nacional de Colombia).
Y finalmente, como nueve de área, elegiría a Rogelio Funes Mori, el hermano mellizo del defensor Ramiro; también surgido de las divisiones de base del club. Rogelio no tuvo una buena performance deportiva en la institución. Por eso intuyo que el delantero tiene sed de revancha y ganas de revertir su frustrado paso por el Club de sus amores.
El ejemplo que doy de Rogelio, tiene que ver con revertir, como hoy River lo hizo. Como la vida misma nos enseña día a día, a aprender de los errores, a caernos y levantarnos todo el tiempo. Por eso nunca debemos darnos por vencidos. Tampoco desistir. Eso jamás. Y siempre tenemos que luchar por nuestros sueños. Si no conseguimos lo que queremos, debemos confiar en el Dios de Jesús y aceptar su divina voluntad.
Abrazo de gol a todos...