Mi tierra natal Misiones se transformó en el oasis para los traficantes de drogas, ladrones de vehículos y contrabandistas de mercaderías ilegales por omisión y corrupción de la Policía, de la Justicia y de los políticos de turno.
Usted, ¿se preguntó por qué en la tierra roja casi no hay noticias policiales de captura de traficantes, aprehensión de ladrones de vehículos y detención de contrabandistas?
La respuesta a esa pregunta es porque no hay control fronterizo; excepto los pocos pasos internacionales oficiales. Como no hay inspección fronteriza, los narcos, “chorros” y “mulas”, atraviesan permanentemente todo tipo de drogas, vehículos robados y mercaderías ilegales; desde Paraguay y Brasil, con destino a Misiones. Y también viceversa, desde Misiones, con destino a Paraguay y Brasil.
Mientras toda esa desgracia sucede, en la tierra colorada hay un montón de noticias irrelevantes como la que ocurrió la semana pasada en la zona centro de la Provincia; donde Jorge C. (42) fue demorado por caminar con un elemento oxidado, viejo e inservible (foto de portada de un lavarropa). Sucedió en Oberá el último fin de semana.
Noticias insignificantes como la del lavarropa son las que más hay en Misiones... Y hay otras, como por ejemplo, por demorar a hombres por denuncias de violencia de género… Por intervenir en partos a embarazadas... Por demorar a jóvenes por desacato y porque hacen ruidos molestos en la vía pública, etc. Es decir, siempre lo mismo.
Encima, si se comprueba un hecho policial, hay ausencia del nombre completo del contraventor; promoviendo claramente la protección mediática a los culpables de cualquier tipo de atrocidades e ilícitos.
Por si fuera poco, es repudiable la inacción de los jueces en Misiones, que se caracterizan por archivar y no investigar causas de narcotráfico y contrabando de vehículos, también de mercaderías en general.
No obstante, los principales responsables de este infortunio, son los políticos de turno; ya que forman parte del negociado, permitiendo y acordando con los mafiosos, para que esta desdicha siga sucediendo.
Para colmo, el ciudadano común vive atemorizado y no se anima a denunciarlos, pues peligra la vida y la integridad física de sus familiares. Eso sucede en el pueblo donde nací, en Gobernador López, que años atrás era muy tranquilo.
En definitiva, es un sistema mafioso compuesto por traficantes, ladrones y contrabandistas; quienes son protegidos por la Policía, la Justicia y los políticos de turno.