viernes, 27 de noviembre de 2009

Cavamos nuestras propias fosas sin darnos cuenta...

Durante la última década “no se habla de otra cosa” en el mundo y muchos conceptos y teorías hacen alusión a esa nueva terminología que “está de moda”, denominada: CALENTAMIENTO GLOBAL... Lo cierto es que el planeta atraviesa un momento de transición y a continuación Usted comprenderá su magnitud; aunque también entenderá quiénes son los responsables de esta realidad alarmante que podría trasuntar en catástrofes humanas.

Aquí, en la región de la Triple Frontera, se observan durante estos últimos meses, cada vez con mayor intensidad, fenómenos climáticos inusitados. Por un lado, fuertes tormentas, acompañadas de potentes ráfagas de vientos y granizos, con constantes desbordes de arroyos y ríos e innumerables daños materiales en casas y cultivos.
Por otro lado, paradójicamente hace un año atrás, la sequía arreciaba a la misma región. ¿Cómo se explica?
Estas condiciones extremas no suceden solo acá, sino en todo el mundo. ¿Cuál es la causa?

Si bien no lo indica el término, el CALENTAMIENTO GLOBAL es causado por las actividades realizadas por el mismo hombre, mayormente inducidas por ambiciones desmedidas y ansias de poder económico bajo cualquier precio.
En ese sentido, los expertos afirman que el CALENTAMIENTO GLOBAL es entre otras cosas, el resultado de la tala descontrolada de árboles (ya sea por extracción de madera o para área de siembra), la ilimitada contaminación ambiental (gases industriales o las derivaciones tóxicas que producen las guerras) y el abuso de los recursos naturales (el agua).
En síntesis, la mayoría de los especialistas están de acuerdo en que los humanos ejercen un impacto directo sobre este proceso de calentamiento.

Como resultado, el aumento tanto de las lluvias como de las sequías y el incremento de las temperaturas, son apenas algunos de los trastornos que suceden.
Según datos estadísticos, desde que se tienen registros, los últimos diez años han sido los más calurosos, aunque haciendo una proyección a futuro, los científicos anuncian que el calentamiento de la tierra será mucho peor.
Por tanto, mientras el balance energético de la atmósfera sufre alteraciones, como consecuencia se producirá el ensanchamiento de la capa de ozono que redundará en cambios drásticos en el clima, ocasionando severas fluctuaciones en la temperatura y la pluviosidad, alterando las estaciones de cultivos agrícolas.
En consecuencia, el incremento de las temperaturas y lluvias harán un daño irreparable a nuestros ecosistemas. Además, peligran los glaciares y los polos, ya que el hielo derretido generará inundaciones devastadoras y un desequilibrio ecológico imposible de controlar.
Mientras se deshielan las capas polares, se elevará el nivel del mar, lo cual inundará las zonas bajas y desencadenará la desaparición de grandes extensiones de tierra.
Teniendo en cuenta que la tierra forma parte de un complejo sistema autorregulable por sí mismo y que ejerce una serie de fuerzas y mecanismos que tienden a equiparar y balancear fenómenos como la gravedad, oleaje, viento, invierno y verano... Debemos entonces suponer que la reacción será tan desproporcionada como imprevisible, desatando incluso catástrofes humanas.
No obstante, algunas cosas sencillas podemos hacer como ciudadanos comunes para atenuar el calentamiento global, pues implican directa o indirectamente una menor producción de dióxido de carbono con efecto invernadero.
-Cambiar focos de luz por aquellos clasificados como de bajo consumo.
-Reciclar y producir la menor cantidad de basura.
-Se desaconseja realizar quemas a cielo abierto.
-No contaminar el aire, tampoco el agua.
-Restringir al máximo el uso de agua, en particular de agua caliente
-Evitar la matanza de animales silvestres y la tala de árboles.
-En los tiempos libres, reemplazar los vehículos por el uso de bicicletas.
En definitiva, estamos a tiempo y de nosotros depende, aunque la voluntad de Dios tiene la última palabra, está por encima de todo y de nuestros destinos.-