miércoles, 19 de diciembre de 2012

¿Qué le pasa a Misiones? ¿Dónde fueron a parar los valores en Argentina?

El último fin de semana hice un viaje relámpago hasta Misiones, Argentina (mi tierra natal)...y noté en esa Provincia una realidad preocupante social y económicamente. Entonces me pregunté en reiteradas ocasiones durante el viaje: Qué le pasa a Misiones? Dónde fueron a parar los valores? Es que recuerdo con mucha nostalgia que en la década del 80 la tierra colorada era una provincia argentina promisoria, donde los empleados públicos, obreros, productores primarios, etc. tenían un presente de dicha, un futuro lleno de desafíos, escasa desocupación y eran más unidos porque compartían los mismos valores humanos. Quizás Misiones estaba bien social y económicamente porque en la década del 80 tanto en Misiones como en todo el país hubo políticas de Estado mejores que las actuales tanto en la implementación como en la ejecución. Asimismo, existían emprendimientos privados redituables porque el Estado estaba presente con incentivos a la producción y reglas de juego claras. También recuerdo que en el 80 había un cierto orden jurídico con un bienestar social visible gracias a un Estado más comprometido, eficaz y creíble que el actual. La salud pública estaba acorde a las necesidades de la gente, la educación pública no tenía demasiadas grietas y la política no se inmiscuía tanto en la vida de la gente como hoy en día. Pero sobre todo, recuerdo entre tantas cosas, que en la década del 80 la tierra de las Cataratas era diferente porque se vivía una armonía en las relaciones humanas con valores compartidos entre los ciudadanos. Esos valores eran dignidad, cultura del trabajo, respeto, educación, generosidad y vínculos afectivos sin intereses creados para ganar favores políticos. En aquella época la sociedad misionera y de todo el país no estaba tan dividida como ahora, porque a diferencia de antes, el modelo político actual lamentablemente busca permanentemente la confrontación ideológica y fomenta constantemente el enfrentamiento entre los propios argentinos. Insisto: antes existía la cultura del trabajo, se podía progresar dignamente y tener una vida mejor sin necesidad de recurrir a los favores de los políticos para recibir prebendas del Estado. Sin embargo, después de más de dos décadas parece que esa realidad tristemente sufrió un revés impensado, porque hoy por hoy, cualquier ciudadano honrado que no comulga con el modelo es perseguido y tildado despectivamente de golpista, gorila y desestabilizador, simplemente por pensar diferente. A Usted qué le parece hasta acá? Coincide conmigo que los valores fueron trastocados? Cuáles son los responsables de eso? Cuando entré por Bernardo de Yrigoyen (frontera seca con Brasil) me dirigí desde esa ciudad fronteriza hacia la zona centro de Misiones y observé con preocupación la triste realidad que vive hoy en día el misionero. Por ejemplo un empleado de una Estación de Servicio me dijo con indignación que los cortes de luz en Misiones son frecuentes y la falta de suministro de agua potable también, algo que llama poderosamente la atención y denota una negligencia gubernamental abominable. Algo inadmisible en una provincia rica como Misiones, ya que posee un suelo fértil. A todo esto, una persona influyente me dijo que son deficitarios los servicios de agua potable y luz debido a la precaria infra-estructura y la casi inexistente mantención de las redes (líneas) del servicio de energía, las cuales están obsoletas y precisan ser renovadas. Por eso al no existir un buen servicio del suministro de luz, obviamente acarreará un pésimo servicio de agua potable, porque para que el agua potable sea suministrada por la red es imprescindible la vigencia del suministro de luz. Algo esencial en cualquier comunidad. Después, la misma persona me citó un ejemplo que refleja la pérdida de la cultura del trabajo en Misiones, donde muchos se niegan al sacrificio y prefieren recibir mensualmente planes sociales del Gobierno sin hacer nada. Un mecanismo perverso ideado y empleado por el Gobierno de turno para generar votos cautivos, para ganar elecciones democráticas y perpetuarse en el poder. En ese sentido, el individuo en cuestión mencionó que pidió mano de obra a unos vecinos desocupados para dejar en mejores condiciones su chacra. No obstante, no solo no consiguió interés alguno de los convidados, sino que también recibió el reproche de los mismos, quienes descalificaron esa actividad como inhumana por ser un trabajo bajo el sol y a altas temperaturas... Es cierto que la capa de ozono está damnificada y eso provoca rayos ultra-violetas muy potentes, pero no se justifica tal actitud. Es algo difícil de entender, pero por increíble que parezca esa costumbre de no trabajar comenzó a ser habitual en Misiones y no sorprende a nadie. Contrario al desarrollo productivo que hubo en la década del 80, ahora pude apreciar con mucha tristeza que en Misiones hay señales visibles de decadencia tanto de vehículos deteriorados como de maquinarias agrícolas sin recambios por unidades nuevas conforme pasaron los años. De viviendas ocupadas pero dan la impresión que están en estado de abandono, de tierras apropiadas para el cultivo pero están en desuso y sin producción agrícola por falta de políticas agrarias. De Escuelas semi desmanteladas y puestos de salud impresentables sin insumos básicos, de rutas y caminos mal conservados y lo que es peor: PUEBLO DIVIDIDO SIN CULTURA DEL TRABAJO DIGNO. En fin, es todo lo que el Gobierno populista quiere para seguir sometiendo y manipulando al pueblo mediante el conocido refrán: "Divide y reinarás". Entonces, me venía esa pregunta recurrente: Qué le pasa a Misiones? Dónde quedaron esos valores que nos distinguieron otrora? Por qué hubo tantos cambios? Son muchas preguntas las que me hago al respecto y no tengo una respuesta concreta para dar, pues el tema es muy complejo. Apenas esbozo un deseo muy grande: Ojalá Misiones vuelva a ser la provincia que una vez fue! Un señor de mucha experiencia me dijo que todo proceso en cualquier parte del mundo es cíclico y tiene vaivenes con momentos altos y momentos bajos. Y si bien Misiones está pasando por un momento difícil (bajo) no hay que perder la esperanza de ver a la tierra roja resurgir de las cenizas como el Ave Fénix. Pero para que eso se produzca -insistió el señor-, "deben ocurrir cambios abruptos desde tentativas de golpes de Estado, impeachment, hasta el voto conciente, o bien los cambios paulatinos como las insurrecciones; donde todos debemos recapacitar mirando hacia atrás, aprendiendo de los fracasos y de los errores cometidos para no volver a cometerlos jamás". Así, como ciudadanos comunes elegiremos representantes genuinos y esos representantes genuinos elegidos por nosotros determinarán políticas de Estado apropiadas para cambiar de una buena vez la realidad cruda y dura que vive esa provincia tan hermosa y llena de encantos naturales.