Finalmente, las autoridades argentinas aprobaron la polémica Ley de Comunicación, que a partir de su pronta implementación (posiblemente antes de fin de año), vapuleará a la libertad de prensa de ese país; ya que los “K” harán usos y abusos de sus poderes para otorgar discrecionalmente licencias a los medios de comunicación cada dos años.
Sin dudas, además de la gente que quiere una prensa sin compromisos con el poder, los principales perjudicados serán los periodistas honestos y sinceros...
Tal como suceden los hechos en ese país hace algunos años (especialmente desde la década del 90); no es casualidad que la independencia periodística, la coherencia informativa y el análisis imparcial de los hechos, venga cediendo terreno en manos de una prensa parcial, grosera, desacreditada, irrespetuosa, irresponsable y obsecuente a los oscuros gobiernos.
Aunque no sean 100 por ciento creíbles, por lo menos las empresas periodísticas independientes reflejan en cierta medida la realidad de los acontecimientos (que por increíble que resulte), parecen estar al margen de la realidad comunicativa que vive hoy la Argentina; manejada con verdades a medias, las cuales resultan medias mentiras.
En este contexto, la información oficial en la Argentina tiene serios trastornos, porque los datos de entes públicos son tergiversados, los informes policiales son vedados, las resoluciones judiciales son encubiertas y los temas importantes son aplazados por confabulaciones y denigraciones infundadas (la estrategia de los “K” es utilizar un discurso de confrontación permanente, contra los disidentes, contra los militares, Diario Clarín, etc.).
Es cierto que muchos periodistas en la Argentina vienen soportando pérdidas masivas de empleo, presiones laborales, extorsiones, precarias condiciones de trabajo, hostigamientos de los superiores, ganancias bajas, informalidad salarial, explotación, injusticia humana y todo lo imaginable por fuera de sus derechos.
Pero aunque la realidad sea cruda y dura, NO SE PUEDE JUSTIFICAR que sean funcionales a los "K", que disimulen los acontecimientos desfavorables a la causa “K” y sean condescendientes con las políticas estatales llevadas adelante por los “K”. A esos inmorales comunicadores sumisos al poder, solamente les importan sus intereses personales y el “Dios Dinero”, por lo cual no ponen en práctica sus libertades, resignan sus dignidades, venden sus conciencias al mejor postor y se dejan manejar por un sistema perverso perfectamente planeado por los “K”.
Por la abominable función de defender intereses espurios ligados al poder y apañar a sectores infames vinculados al Gobierno, esos medios de prensa "K" reciben jugosas pautas publicitarias con cifras millonarias de dinero, provenientes de las arcas gubernamentales. Por eso, los que forman parte de esos medios comprados por políticos afines a los “K” o pertenecientes a testaferros del poder; le mienten descaradamente a la gente y son cómplices de las atrocidades que se cometen en todos los ámbitos de la gestión “K”.
Con este escenario maquiavélico instalado por los "K" A FIN DE PERPETUARSE EN EL PODER, lamentablemente e indefectiblemente los diarios, canales y radios imparciales con periodistas comprometidos con la verdad y que denuncian irregularidades sin medir beneficios personales e intereses lucrativos, tienden a desaparecer; lógicamente para el beneficio de los "K" de primera línea y sus secuaces de segunda línea, aunque en desmedro de muchos argentinos que quieren una prensa libre.
En síntesis, con la ley nueva aprobada y con su pronta instrumentación, la prensa escrita, virtual, radial y televisiva con contenido programático serio e independiente, tiende a desaparecer.
La libertad de prensa está en decadencia y como ciudadanos comunes debemos defender nuestra libertad de prensa, cada uno a su manera; pero defendamos la mejor herramienta que tenemos todos: “NUESTRA LIBERTAD DE PRENSA”, antes que sea tarde y nos sigan pisoteando desde arriba.-
Soy de mi querido pueblo: Gobernador López; pero desde 2008 estoy domiciliado en Brasil, tierra de oportunidades y mi lugar en el mundo; por eso, tengo dupla ciudadanía: argentina-brasileña. Vivo en Sobradinho, Brasilia (capital del país). En 2018 me gradué en Licenciatura en Letras: Español-Portugués, en Brasilia (con posgraduación). Antes, me formé en el exterior en Periodismo Deportivo. Prefiero enseñar antes que informar y oriento al alumno a pensar por sí mismo, sin repetir informaciones.